Photo credit: Hanna Benavides
En junio de 1994, presencié desde una calle de Boston mi primera Marcha del Orgullo. Como el joven estudiante proveniente de Argentina que era entonces, miré a mi alrededor y traté de asimilar todo lo que pude. Yo ya sabía que era gay, pero nunca había tenido, hasta ese momento, la oportunidad de estar en un entorno donde pudiese ser yo mismo. Sin embargo, al ver tanta alegría y tanto espíritu celebratorio, sentí una sensación de libertad nueva, y me di cuenta, por fin, de que existía una comunidad donde podría ser bien recibido.
En este último año, la necesidad de pertenecer se ha vuelto más importante que nunca. La pandemia nos ha separado de nuestros seres queridos y de nuestras comunidades, y muchos hemos sufrido pérdidas importantes. Es evidente que necesitamos que la recuperación sea inclusiva y equitativa.
Por eso, ante una nueva Marcha del Orgullo, vamos a aportar US$4 millones para apoyar a las comunidades LGBTQ+ del mundo, incluyendo el primer fondo de ayuda económica de este tipo. Todo esto mientras seguimos trabajando para que nuestros productos sean cada vez más inclusivos y más útiles.